El cuatro de agosto moría Conrad Schnitzler, la leyenda viviente de la música electrónica y pionero de casi todo lo acontecido en la historia del medio musical electrónico en los últimos cuarenta años.
Componente de Tangerine Dream en sus comienzos, mentor de Kluster junto a Moebius y Roedelius y creador de una impresionante lista de grabaciones, Schnitzler fue uno de esos inconformistas que transgredió el panorama musical con una forma de crear única y exclusiva, llevando hasta el infinito el concepto de "minimalismo electrónico" con una calidad fuera de toda duda. Su idea del "intermedialismo" sonoro no tenía precedentes ni apenas coetáneos, siguiendo en su brecha hasta el fin de sus días, no olvidemos que hasta hace muy poco seguía publicando discos.
Un cáncer de estómago se ha llevado, a la edad de 74 años, al último héroe de una aventura sonora que empezó en unos años difíciles y prematuros para la electrónica musical y que ha expirado en una época demasiado hostil para este medio, pero nos ha dejado una lección magistral de como ser uno mismo y hacer lo que uno quiere a pesar de los agentes externos, un auténtico testarudo que ha sabido como nadie mantener su creatividad y ponerla en práctica por encima de tendencias, estilos y comercialismos.
Amigo Conrad, allá donde estés, recibe la mayor muestra de cariño, respeto y admiración de todos tus seguidores, a los que, a pesar de los años, nos seguías impresionando y sorprendiendo disco tras disco.
Saludos a todos.
Una muy triste noticia, sin duda. Descanse en paz.
ReplyDeleteSin duda la peor noticia de lo que llevamos de año. Reconozco que hasta ahora no le he dedicado una sola línea en Audionautas, en parte por ignorancia. Soy uno de tantos de los que cuando descubrí la música cósmica germana no me paré en la extensa discografía de Schnitzler, por aquel entonces Tangerine Dream, Ashra y ocupaban para mi todo ese espectro sonoro.
ReplyDeleteCon los años he ido escuchando discos de Con de manera muy anárquica por mi parte así como leyendo algunas entrevistas que hicieron aflorar mi simpatía por el músico y su visión de las cosas, aunque su música me seguía y me sigue pareciendo esa gran deuda pendiente que tengo con él, y que ahora ya demasiado tarde, espero empezar a saldar con él. D.E.P.